lunes, 27 de abril de 2015

El abrazo: “El traje que se amolda a todos los cuerpos”

¿Habéis reflexionado alguna vez sobre el significado de los abrazos? ¿Qué queremos transmitir con ellos?

Los estudios teóricos lo definen como   “un excelente medio de comunicación entre las personas que no necesita ser hablado ni expresado a través de las palabras
Pero, más allá de la teoría ¿cómo sentimos los abrazos y qué repercusiones tienen sobre nosotros?

Abrazar indudablemente  es una formar de dar amor a los que nos rodean, de decir no estás solo/a. En definitiva, es acariciar el alma del otro/a, de los contactos más íntimos y puros que pueden tener las personas.
La espontaneidad con la que se suceden en la mayoría de las ocasiones es la que dotan a los abrazos de una pureza sin igual que los hacen irrepetibles  ¿A caso hay dos abrazos iguales?

Según diversas investigaciones estadounidenses los abrazos incrementan considerablemente la confianza y la seguridad, además reduce los sentimientos de enojo y apatía, favorece la felicidad e  incrementa la autoestima.
Por lo tanto, todos/as funcionaríamos mejor si abrazáramos y nos dejáramos abrazar más a menudo. Si los abrazos nos aportan tantas ventajas ¿Por qué no utilizarlos e incrementarlos en el ámbito educativo?

La “abrazoterapia”  es una técnica en auge que al igual que la risoterapia o  la musicoterpaia son prácticas que empiezan a utilizarse  cada vez más en sectores como: tercera edad, menores, diversidad funcional… e incluso en el campo de la salud; ya que está demostrado su poder curativo y mejora del bienestar físico y emocional de las personas ¿En qué consiste?  Es una práctica que consiste en suministrar abrazos y tiene el propósito de hacernos sentir bien, aliviar el dolor y mejorar nuestra autoestima.

Desde nuestro punto de vista esta técnica es una herramienta muy interesante a tener en cuenta dentro de ámbito de la educación en general, pero especialmente en la educación social ya que puede ser muy eficaz para trabajar la autoestima de las personas e incluso puede llegar a ser una herramienta valiosa en la resolución de conflictos.

A continuación te mostramos algunas clases de abrazos y te invitamos a que te preguntes  ¿con qué frecuencia abrazas y qué tipo de abrazos utilizas?

- Abrazo del oso: es el típico de padres e hijos, donde el más grande envuelve con su cuerpo al más pequeño.

- Abrazo y contacto de mejillas: Uno coloca los brazos sobre los hombros del otro, a la vez que le da un beso en cada mejilla. Implica consuelo, bondad, consideración.

- Abrazo oriental: Ambos entrelazan los brazos con el cuerpo del otro. Se busca el contacto espiritual con todo el cuerpo del otro. Se acompaña con una inspiración y es el más largo. Se ponen en contacto los espíritus de las personas a través del cuerpo físico.

- Abrazo de a tres: Para padres con hijos o varios amigos. Implica consuelo, felicidad. La persona abrazada se siente totalmente a salvo.

- Abrazo de costado: El brazo de uno se pasa por el hombro o la cintura del otro. Ideal para pasear acompañados, disfrutando del paisaje.

- Abrazo de corazón: Largo, intenso, cálido, brota directamente del corazón. Surge en cualquier momento para saludar, recordar fechas especiales, expresar alegría. Ofrece ternura y amor incondicional.

Ah , por cierto ¡No olvides las reglas para abrazar!

1. Asegúrate de contar con permiso antes de dar el abrazo. Respeta espacio y privacidad.

2. Asegúrate de pedir permiso cuando seas tú el que necesita el abrazo. El abrazo curativo es una práctica basada en el compartir y no en el mero dar o recibir. Cuando sientas necesidad de un abrazo, di: “ me gustaría o me vendría bien un abrazo” o “qué te parece un abrazo antes de que me vaya a trabajar”

3.  No olvides el agradecimiento post-abrazo por el apoyo recibido. Con un “gracias” o “me gustó” bastará.

4. Asume la responsabilidad de expresar lo que necesitas y el modo en que deseas recibirlo. 


5. Puede ir acompañado de efectos sonoros (suspiros, expresiones de placer) o disfrutarlo en silencio.

Os dejamos con este vídeo acompañado de una preciosa (como siempre) narración de Eduardo Galeano




domingo, 19 de abril de 2015

Los niños y las emociones

     A los niños en la escuela se les enseñan cuales son las emociones básicas. Una vez que han aprendido cuales son, es muy importante que aprendan a regularlas.

    La mayor parte de las conductas que aprenden los niños, sobre todo son por parte de los padres, de los profesores y de las personas mas allegadas.  Por eso es muy importante que estas personas sepan diferenciar y controlar bien sus estados emocionales para facilitar que los niños los aprendan y desarrollen. 

     Hay que diferenciar entre enseñar a los niños a controlar sus emociones y reprimirlas. El niño debe de expresar las emociones de acuerdo al momento, situación y personas que están presentes. Es importante enseñarles que todas las emociones son necesarias, que no hay emociones buenas y malas.
   Es importante que los padres trabajen con los niños  la comunicación, que aprendan a expresar sus emociones, a decir como se sienten. También hay que trabajar la empatía: saber cómo te sientes tu pero también como se está sintiendo la otra persona. 


  Para que los niños aprendan a identificar las emociones hay muchos ejercicios dinámicos, aquí os mostramos algunos ejemplos realizados por la asociación española contra el cáncer:

    


Actividad 1



En la actividad 1 el niño debería de identificar las emociones mediante las imágenes. Una vez identificadas deberá unir la imagen y la palabra correspondiente a la emoción.










Actividad 2


En la actividad 2 deberán de identificar la emoción correspondiente a la situación que se les proporciona.

Además,ellos mismos deberán de escribir emociones y situaciones que les ocurran.

 Con ejercicios tan simples como estos es muy fácil que los niños aprendan a identificar las emociones y reconocerlas en las personas. Una vez identificadas es de mayor facilidad que aprendan a controlarlas.